PLANTEAMIENTO DE PROBLEMAS DE TERMITAS EN NÚCLEOS URBANOS

Entre todos los organismos xilófagos, son los termes los que ocasionan los daños más graves en nuestros edificios. Además, día a día, su presencia es más frecuente y, por desgracia, está más extendida.

Cuando se presenta un problema de termitas a nivel general en un pueblo o barrio, nos encontramos, por regla general, ante un caso de envergadura. Dada la característica constructiva de poblaciones (viviendas adosadas y condiciones ambientales muy favorables para el desarrollo de los insectos), un diagnóstico correcto y preciso del problema, resulta imprescindible para abordar la solución.

De entrada, es necesario aclarar una serie de conceptos equivocados sobre el tema.

*Por un lado, la administración se ve desborda por un problema que no sabe cómo acometer, ni tan siquiera, si va a tener capacidad económica suficiente para solucionarlo. En la mayoría de los casos, la situación deriva a quedarse en un problema particular de cada vecino.

*Por otro lado, los propietarios se sienten impotentes y reclaman que sea la administración la que ejecute y costee las actuaciones.

Las intervenciones particulares de cada edificio, no consiguen solucionar el problema. Por el contrario, contribuyen a agravarlo, extendiendo la plaga de unas viviendas a otras, a pesar de la buena voluntad de cada propietario. Cuando a alguien se le plantea un caso de Termes en su vivienda, tiende a intentar solucionarlo, como sea, sin esperar a actuaciones conjuntas de dudosa realización.

Por este motivo, la labor de la Administración, no es tanto la de aportar los medios económicos, sino que debiera de buscar la unificación de criterios y acciones para lograr que se realicen de manera global y sistemática (por unidades más pequeñas). Para ello, sin ningún tipo de duda, resulta fundamental, centrar el problema de una manera precisa, mediante un estudio previo de localización e intensidad de los problemas.

Evitar que los particulares gasten un dinero sin reportar los beneficios deseados, también es una forma de aportar esfuerzos económicos de la solución del problema.

Establecer el origen de una plaga de termitas, es muy complicado, ya que influyen numerosos factores, que además, pueden variar en el tiempo.

Hay que tener en cuenta que los termes cumplen su misión dentro de la cadena biológica: hacer desaparecer la madera muerta. En el momento en que su acción se dirige hacia nuestras construcciones es cuando nace el concepto de plaga.

La presencia de termes, siempre está asociada a condiciones de humedad elevada.

Dichas condiciones, en parte, son debidas a fenómenos geomorfológicos de ubicación del propio núcleo. (Clima, vegetación, geología del terreno, asentamiento próximo a cauces de ríos, etc.).

Otros factores dependen de la acción del hombre, es decir, del sistema constructivo y de las costumbres. (Variación de características de la edificación, recubrimiento de la madera con materiales impermeables, fugas de conducciones de agua, pavimentación cerámica, etc.).

Por todo ello, el origen de un problema de esta índole, no es único, sino que es la conjunción de varios factores.

El estudio desde varias ópticas, será por tanto de gran ayuda para comprender la situación real del problema y plantear soluciones verdaderamente eficaces desde los diversos campos de actuación. Se deberán de tener en cuenta factores geológicos, climáticos, urbanísticos, constructivos y biológicos, para llegar a la adopción de medidas correctoras en los diversos campos apuntados para garantizar el resultado final de control de la plaga.

A partir de este punto es necesario también reflexionar sobre la repercusión de tipo económico que la adopción de medidas globales, sistemáticas y carácter multidisciplinar, pueden representar.

La realización de un estudio detallado de un núcleo afectado por termes, permite delimitar las zonas afectadas y fijar prioridades. Portanto, racionalizar el empleo de los recursos disponibles actuando simultáneamente desde diferentes disciplinas.

La intervención en unidades más pequeñas, reduce los tratamientos a realizar, lo cual, también supone ahorro económico.

Disponer de un plan de actuación previo, evita la ejecución de intervenciones imprevistas y sobredimensionadas.

La conjunción de esfuerzos conduce a aumentar la eficacia de los tratamientos, ya que se impide el desplazamiento de las colonias a otras zonas. Se actúa directamente sobre ellas desde varios puntos a la vez.

Se determinan aquellas labores de mantenimiento y prevención complementarias que se pueden efectuar de manera sencilla.

En resumen, podemos decir que se pretende conseguir tres objetivos:

*EFICACIA

*VIABILIDAD ECONOMICA

*MINIMA AGRESIÓN AL MEDIO AMBIENTE

En la práctica, los estudios de núcleos de población, se abordan desde tres niveles de complejidad diferentes:

En un principio, lo qué realmente preocupa es poder centrar el problema. Es decir saber si hay muchas o pocas viviendas afectadas (EXTENSIÓN), y si el grado de afección es grave, moderado o leve (INTENSIDAD). Para llegar a este conocimiento, se realiza un primer estudio que constituye el nivel más sencillo. Consiste en la realización de un muestreo visual acompañado de una encuesta a los propietarios con el fin de poder dibujarun plano con las viviendas afectadas. Permite delimitar las zonas de riesgo potencial a tener en cuenta a la hora de conceder licencias de obra, permisos de rehabilitación, etc. Es en esta fase cuando se podrán exigir por parte de la Administración pertinente, la realización de estudios más complejos, tratamientos bio-químicos, medidas adicionales de carácter constructivo, etc.

Permite asignar prioridades y diseñar un plan de actuación sistemático y global para conseguir la mayor eficacia a un coste económico razonable. Así mismo, se intenta que el impacto medio-ambiental producido por las intervenciones propuestas sea mínimo.

En un segundo nivel, se realiza un diagnóstico más exhaustivo edificio a edificio, para llegar a disponer de una ficha completa de cada edificio con sus patologías y las intervenciones concretas a realizar en ese inmueble, al margen de las que sean necesarias adoptar a nivel general.

Finalmente, como último eslabón de la cadena, se propone la elaboración de un Plan de Rehabilitación integrado de todo el núcleo.

En él, se recoge el conjunto de actuaciones que se pretenden realizar de todo tipo (urbanístico, de rehabilitación, etc.). Se fija el calendario que se va a seguir en función de las prioridades previamente establecidas y que no son función únicamente de los problemas producidos por los organismos xilófagos sino que tienen en cuenta otros factores de tipo histórico, urbanístico, etc.

También se recogerá un plan de mantenimiento, seguimiento y control, y adopción de medidas preventivas, como un programa vivo de acciones a futuro en consonancia con el PLAN trazado. Las intervenciones no deben de finalizar en el tiempo con el fin de no incurrir de nuevo en las deficiencias subsanadas, con un elevado coste económico y de concienciación ciudadana.

En todo el programa la COLABORACIÓN e IMPLICACIÓN de la población resultan imprescindibles para que las acciones planificadas lleguen a realizarse correctamente.